jueves, 17 de septiembre de 2009

craving a burger


Casi todas las ideas para escribir me nacen mientras como o mientras me baño, así que siempre tengo las manos o sucias o mojadas. De no ser así, me las sueño. Mis sueños son de dos tipos: informativos o premonitorios. Por un lado constantemente hago comidas en los sueños, me invento una receta, la comparto con alguien; cuando me despierto la tengo viva y la escribo, por lo que me toca mantener una libreta al lado de la cama, aunque sin café es duro. Los premonitorios son más raros, pero cuando me sueño algo que va a pasar, tarde o temperano pasa; aunque no siempre son explícitos, cuando se cumplen lo siento. Siento dejá vu mucho mucho mucho, y es creepy, pero me hace feliz.

Mientras escribo esto hay frente a mí un plato vacío. Está untado y grasosito, deli. Mi apartamento se lleno del humo de la parrilla en la que cociné una hamburguesita especialmente deliciosa. La idea culinaria de hoy surgió en la ducha. Tenía una bandeja de carne molida descongelando y aunque me gusta la salsa bolognesa, ayer había comido. No importa cuán deliciosa sea la carne seca, le tengo susto; eso que lo haga un paisa y ojalá con fríjoles. No hago albóndigas, me las sueño junto con el "príncipe azul", por lo que están vedadas de mi repertorio culinario hasta que se llene ese vacío. ¿Que quedaba? Una hamburguesa. seguida de una serie de epifanías:
Me gustan mucho las hamburguesas que sirven en el corral y no sé como durantye mis infinitas dietas las evado. Una corralita, o una corral son pecados necesarios en la vida y no cuesta mucho encontrar quién lo acompañe a uno a comerse una. Nunca, eso sí, me como una hamurguesa del corral sola: descartado el almuerzo en el corral. También, admito, me gustan las del burger king, que no en vano es rey, pero sobre todo, de los anillos de cebolla. Y me gustan las coronitas, y qué. Odio las de macdonalds mucho antes de supersize-me y solo admito comérmelas cuando estoy borracha, cosa que hace mucho no pasa. Cuando estudiaba cocina solía tener un cómplice que me llevaba en su carro luego de tres supersized vodka cranberries o un Jaegerbomb (una vaina tenaz que tiene jaegermeister, redbull y alcohol genperico) -y seguramente algo más- a comerme una hamburguesa de macdonalds y siempre me ponía muy triste al final porque no era hamburguesa grasosa, ni sabrosa que me estaba imaginando (los que me conoce saben de mi premisa FAT MEANS FLAVOR). Luego me fui a mi dinner favorito y descubrí que la hamburguesa debe ser gruesa, que hay que ponerle buen queso y cebollas casi quemadas, salsa ranch... mmmmmmmmmmm el sitio, el Eveready (como las pilas) es sin duda un lugar al que llevaría a mi príncipe azul en un peregrinaje de recogimiento de mis pasos; ahí sirven la misma hamburguesa a las 7am a las 4am, a las 3pm. 24 horas para saborear. Nunca más me comeré una hamburguesa en presto, porque me intoxiqué y gracias a eso mi abuelo paterno me puso una vez en una dieta hedionda de agua de panela y papa asada SIN SAL que me marcó de por vida.
En Bogotá dicen que la hamburguesa de la bagatelle es buena, la de the place era genial -no sé si eso exista todavía- tenían unas mini delis (me estaba comiendo una mini con mi mamá y mi hermano cuando nos contó que venía una hermanita en camino, por lo que nos habían llevado a un sitio especial) y sepan, sin miedo a que me caigan encima que la de la hamurguesería es fea y seca (y aunque preguntan el término, según dicen ellos, deben cocinar la carne hasta un cierto grado por salubridad, cosa que me ofende, porque no me imagino de dónde sacan la carne para que tengan ese miedo latente). Una última epifanía del ingenio culinario colombiano: una hamburguesa entre arepas con queso que me comí en un sitio en Pereira. WOW. WOW. Es una sustitución digna de estrella michelín.

Y en cuanto a cocinar una hamburguesa, una vez infamamente molimos un poco de carne Kobe e hicimos una hamburguesa gourmet con otros cómplices tan dados a esa ñoñez como yo(copiando a un chef avión que las vende en NYC a 100 dólaresa piece) . Le pusimos un queso añejo ridículo que nos robamos... hongos silvestres, salsa bbq hecha por nostros... mejor dicho, una creación de horas. Es sin duda la mejor hamburguesa que me comí hasta hoy, pero tengo tantas imaginadas que no puedo decir del mundo. Sueño con comerme una en el spotted pig y tal vez la muy cara de Bouloud, porque la hamburguesa es perfección, y hay que probar muchas en la vida. Hoy decidí mezclar esa carne molida que flotaba entre agua en mi lavaplatos con una cebolla cortada finamente, con tomillo, paprika, humo líquido, sal y mucha pimienta, ponerla sobre mi parrilla engrasada y proceder a asarla bien por fuera; le puse unos champiñones salteados y unas cebollas casi quemadas, y por último un queso provolone cortesía de Carulla. Tosté el pan, hice unas papas (hamburguesa sin papas o anillos es SACRILEGIO) y le puse tomate cortado delgado - delgado tipo Mariana Perdomo comiendo queso- y suero costeño. Quedó muy bien, esta noche figuró caldito con manzana.

Me gusta entonces, la hamburguesa gordita y grasosa (no me gusta la salsa de tomate, tara o no, no me ofrezcan). El suero costeño con todo, hasta con los huevos pericos queda delicioso, pero tal vez su mejor sabor esté en dos platos que amo: en el puré de papas y en la pannacota. Las zucaritas y los rice krispis con azúcar y banano casi verde, el cacao sampaka tipo alicia en el país de las maravillas, el olor a lluvia que hay en este momento en mi terraza y la voz de Cerati mientras escribo. Y qué bueno un tinto tibio.

Odio, relacionando con el tema d ela hamburguesa, las lonchitas de algo parecido a queso, los pepinillos, la salsa de tomate y los dispensadores de mayonesa- la mayonesa me gusta pero no me la puedo comer cuando sale de esos adefesios-. La cocacola light, la cerveza caliente, la leche en vaso, copa, taza o tetero.
Y por último, detesto el timbre de mierda que tienen los vecinos del edificiofdel frente para que les abran el garaje (es ofensivo oirlo di tu 5am) y que retumba gracias al eco en mi ventana.

Me cumplí el antojo, a ver que sigue.


2 comentarios:

natalia dijo...

Juli, es la primera vez que visito tu blog y tengo que decirte que me encantó. Mis entradas también eran largas, así que sé entender. Te visitaré frecuentemente de ahora en adelante.

CarolinaVK dijo...

Este comentario es divino. Y el blog también.